Fuente: EL PAÍS
Polen, ácaros, animales, picaduras… sabemos qué elementos pueden causar alergias, pero no siempre sabemos dónde se encuentran y, por tanto, no podemos evitarlos. En TengoAlergia ofrecemos un listado de posibles lugares comunes en nuestra vida cotidiana en los que los síntomas de la alergia suelen aparecer y que, a veces, no tenemos en cuenta. También te brindamos soluciones o consejos para que puedas impedir que te afecten, o, al menos, intentarlo.
Ropa
La ropa, indudablemente, conforma uno de los objetos a través de los cuales se transmiten más sustancias alérgenas. Los gametos de las flores son arrastrados por el aire y, durante su trayectoria, es inevitable que se incrusten en nuestros ropajes. Una recomendación para personas alérgicas: cambiarse de indumentaria con frecuencia o bien cepillar la que lleva puesta antes de entrar en casa.
Por este mismo motivo no conviene que, después de lavar la ropa, esta se tienda al aire libre. En el caso de que no se tenga más opción, será necesario informarse sobre los periodos de floración en páginas como la SEAIC o tener en cuenta que el horario de la polinización: primeras horas de la mañana y últimas de la tarde.
El coche
Algunos coches no disponen de aire acondicionado y sus conductores optan por la brisa que entra a través de las ventanillas bajadas. Sin embargo, es un grave error para las personas que sufren alergias. Las partículas de polen que viajan por el aire acaban entrando en el coche y se quedan en él, provocando los síntomas de la alergia aun cuando las ventanas están subidas.
En consecuencia, podríamos pensar que la utilización del aire acondicionado, para aquellos coches que lo dispongan, podría ser la solución para los problemas de la persona alérgica; no obstante, no es así. Es necesario revisar que los filtros que componen el mecanismo del aire acondicionado no permiten la entrada del polen y, aún así, estaríamos en peligro de los síntomas debido a la propia contaminación de este conducto, que puede provocar dos de las enfermedades alérgicas: rinitis y asma.
Los peluches
Los peluches son comúnmente conocidos como nidos de polvo y ácaros. En muchas ocasiones, lavarlos es una tarea olvidada, cuando debería ser una prioridad. Una recomendación para personas alérgicas: lavar los peluches dos veces por semana a altas temperaturas. Este mismo procedimiento deberían aplicarlo con las sábanas y demás ropa de cama.
Salas de cine y teatro
¿Alguna vez la alergia te ha jugado una mala pasada en las salas de cine? Es habitual que esto pase. Las moléculas alérgenas, como ya sabemos, quedan incrustadas en la ropa y acumuladas en los muebles; por esta razón, es normal que al visitar salas que frecuenta mucha gente, los síntomas de la alergia aparezcan.
Cortinas y colchón
Las moléculas de polen que entran por las ventanas son un enemigo de las cortinas y los colchones. Ventilar las habitaciones no es algo opcional, lo sabemos, entonces, ¿cuál es la solución? Es necesario, para las personas alérgicas, que tengan especial cuidado con estos dos objetos y que los laven con bastante frecuencia. Esta es la única solución para intentar evitar la acumulación de partículas que puedan suscitar los síntomas de la alergia. En cuanto a los colchones, además de lavar a menudo la ropa de cama (es recomendable para evitar la aglomeración de ácaros) conviene utilizar fundas impermeables pero que permitan transpirar.
Alfombras
Las alfombras son nidos de ácaros. Su utilización en invierno no es demasiado arriesgada pero con la llegada de las altas temperaturas es recomendable quitarlas del medio. En su defecto, será necesario limpiarlas con la aspiradora de forma muy frecuente y evitar las humedad en ellas, que puede ser la causante de la aparición de microorganismos alérgenos.
Las mascotas
Las mascotas, por su constante contacto con el suelo y los céspedes, acumulan en su pelaje moléculas de polen y todo tipo de sustancias alérgenas. Soluciones: prohibirles que se suban al sofá o la cama y pasarles una toalla húmeda al acabar el paseo. Otra causa de las alergias a los animales es la caspa que generan y su saliva, puesto que captan esta sustancia cuando se lamen.
La propia nariz
Los pelos de la nariz protegen de las pequeñas partículas actuando como filtro, sin embargo, en muchos casos, las acumulan. La retención de estas partículas puede desencadenar en alergias, por lo que será necesario lavar el interior de la nariz con soluciones salinas.
Ahora, aunque ya sabes qué lugares debes evitar y qué medidas puedes seguir, no olvides que el verdadero diagnóstico nos lo proporcionará un especialista. Por eso, si te has quedado con dudas, consulta a nuestro experto alergólogo Darío Antolín y sigue visitando TengoAlergia.
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