Evita el desarrollo de la reacción alérgica y tiene efecto protector a largo plazo. Su formato sublingual permite la administración por parte del paciente en su propio domicilio.
Noticia original publicada en: Consalud.es
Las enfermedades respiratorias inducidas por los ácaros del polvo, como la rinitis y el asma alérgicas, pueden tratarse de forma sintomática, con antihistamínicos, descongestivos nasales, broncodilatadores, etcétera, pero si se confirma la alergia a los ácaros, es posible seguir un tratamiento que actúe directamente sobre el desencadenante de la enfermedad.
En este sentido, la inmunoterapia con alérgenos o vacuna alergénica es el único tratamiento que actúa sobre la etiología de la enfermedad modificando la respuesta inmunológica a dicho alérgeno. El sistema inmune es el órgano diana de la inmunoterapia específica para la enfermedad alérgica.
La vacuna alergénica es un tratamiento basado en la administración continuada de dosis del alérgeno causante de los síntomas. Dicha administración provoca una serie de cambios en el sistema inmune que evitan el desarrollo de la reacción alérgica.
Además, este tratamiento tiene un efecto protector a largo plazo, así como un efecto preventivo de nuevas sensibilizaciones e incluso puede impedir el desarrollo de asma en pacientes con rinitis alérgica.
Los nuevos formatos sublinguales en liofilizados orales permiten, a su vez, que el paciente pueda administrarse la inmunoterapia en su domicilio sin tener que acuidar a la consulta médica. No obstante, primera dosis siempre se administrará bajo supervisión del especialista.
Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el empleo de la vacuna alergénica para el tratamiento de la enfermedad alérgica respiratoria por un periodo de tres años. Dichas vacunas deben ser siempre prescritas por un médico especialista.
Las principales manifestaciones de la alergia respiratoria son la rinitis y el asma alérgica. Hasta un 50% de los pacientes con alergia respiratoria son sensibles a los ácaros del polvo doméstico.
El ácaro del polvo es el alérgeno de interior más importante y está presente todo el año, por lo que es muy difícil evitarlo. No obstante, su temporada alta ha comenzado, ya que los meses de octubre y noviembre son particularmente propicios para su desarrollo.
Según la web especializada en alergias TengoAlergia.es, entre los síntomas más habituales se encuentra la dificultad para respirar, sibilancias, tos, picores y moqueo de nariz, picor e hinchazón en los ojos y eccema en la piel.
Ante esta sintomatología, se debe consultar con el médico y especialista en alergia para que realice las pruebas diagnósticas necesarias para su correcto abordaje.
La alergia a los medicamentos es una reacción adversa del sistema inmune a un determinado fármaco o alguno de sus componentes.
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