María Luisa, una mariscadora de 45 años, comenzó a tener problemas cada vez que se sumergía en el agua para coger marisco. Tras acudir a un alergólogo, se dieron cuenta de cuál era su problema: la alergia al frío.
“Me llamo María Luisa, tengo 45 años y mi profesión es mariscadora. Desde hace un año, al meterme en el mar para recoger almejas, me encuentro muy mal. Primero me mareo, me dan ganas de devolver y en la piel me salen manchas. En muchas ocasiones, mis compañeras de trabajo han tenido que sacarme del agua porque me faltaba el conocimiento.
Por este motivo, me enviaron a diferentes especialistas (cardiólogos, otorrinos, neurólogos, internistas) pero ninguno encontró la causa de mi problema. Me provocaba tanta angustia y temor regresar al trabajo, que me enviaron al psiquiatra, quien me recetó medicamentos para la ansiedad.
Durante este período de tiempo que estuve de baja, me realizaron una intervención quirúrgica por tener un problema en las articulaciones del pie que me impedía caminar bien. Me contaron que durante la anestesia sufrí una reacción similar a la que ocurría cuando iba a trabajar, incluso que me bajó tanto la tensión que la operación tuvo que ser suspendida.
Me enviaron a un especialista en alergología para descartar que tuviese alergia a algún componente que se utilizara en la anestesia. Cuando me realizaron el estudio, descubrieron que el motivo de lo que me ocurría era que me había vuelto alérgica al frío en un grado de mucha severidad. Me explicaron que esta afectaba a diferentes partes de mi cuerpo y que podría poner en peligro mi vida si me exponía al mismo de forma deliberada. Por lo que me explicaron cómo evitar el contacto con este y me recomendaron un tratamiento de emergencia en caso de que me aparecieran los síntomas.
Desde entonces, cuando sin darme cuenta alguna parte de mi cuerpo se expone al frío y me aparecen lesiones, aplico el tratamiento que me indicaron y se me pasa muy rápido. Ahora me siento feliz, no solo porque puedo controlar mi problema sino también porque por fin entiendo lo que me ocurre”.
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